Dos poemas cortos de Alfonsina Storni

 

Voy a dormir (fragmento final)

Baja al lecho
la lámpara de alado,
un consejo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…

 

Tú me quieres blanca (fragmento)

 

Tú me quieres blanca,
Dios te lo perdone,
tú me quieres casta…
¿Tú que tuviste
todas las copas a mano,
de frutos y mieles los labios morados?




Alfonsina Storni: La poeta que escribió con sangre, mar y rabia

La mujer que desafió al silencio en una época de gritos masculinos

 

No todas las voces nacen para complacer. Algunas vienen a romper, a punzar, a rasgar. La de Alfonsina Storni fue una de esas. Nació en Suiza, pero su corazón fue argentino. Una voz femenina que emergió en un siglo donde las mujeres aún debían pedir permiso para escribir, vivir o llorar.

Alfonsina no pidió permiso. Llegó con el huracán de la verdad en las manos. Con versos afilados como agujas y una sensibilidad capaz de estremecer la piedra. Fue madre, profesora, dramaturga, periodista y, sobre todo, poeta. Una mujer sola contra el mundo, armada con palabras.




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La poesía como rebelión

 

En tiempos donde el modernismo literario se deleitaba con imágenes de cisnes blancos y palacios dorados, Alfonsina Storni escribió sobre el cuerpo femenino, la maternidad sin romance, la rabia cotidiana, el amor no correspondido y el dolor como herida abierta. Sus poemas fueron actos de desobediencia.

 

En El dulce daño, escribió con un lirismo suave pero inquietante, como una marea que acaricia y luego arrastra. Pero fue en Mundo de siete pozos y Mascarilla y trébol donde su poesía se volvió más abstracta, simbólica, casi espectral. Su voz se volvió eco. Más cerca del abismo, más cerca del mar.

 

Mientras los hombres de su tiempo firmaban tratados sobre estética, Alfonsina escribía sobre la angustia de ser mujer en un mundo que solo quería su silencio. En sus textos no hay concesiones: hay batalla.

 

Feminismo sin etiquetas, con cicatrices

 

Storni no usó el término “feminista” como bandera, pero encarnó su esencia. Luchó con sus textos por el derecho a existir, pensar, escribir, amar y odiar. Denunció la hipocresía moral, el machismo literario y la doble vida de una sociedad que aplaudía la belleza femenina pero despreciaba su voz.

 

Fue objeto de críticas, muchas veces crueles. Pero no se detuvo. Publicó en los diarios más importantes, se enfrentó a intelectuales y dejó claro que no era una poetisa decorativa. Era una escritora con una vida propia y el derecho a narrarla.

 

En cada línea, Alfonsina construía su libertad.

 

La tristeza como oficio

 

Su vida estuvo marcada por el dolor. Enfermedades, prejuicios, pobreza, amor no correspondido. Y sin embargo, transformó esa tristeza en un lenguaje nuevo. Un lenguaje que hablaba desde la piel, desde el hueso.

 

En 1935 le diagnosticaron cáncer de mama. Decidió que no viviría mutilada. Esa decisión la acompañó dos años. Finalmente, el 25 de octubre de 1938, Alfonsina se adentró en el mar de Mar del Plata. Muchos dicen que caminó hacia él como se entra a un poema final. Otros, que se arrojó. Lo cierto es que se fue como vivió: con decisión.

 

La carta al mar

 

El poema “Voy a dormir”, que envió al diario La Nación un día antes de su muerte, fue su despedida. No hay dramatismo ni llanto, solo una calma inquietante. Pide que le apaguen la lámpara, que la dejen descansar. Como si el mar fuera un lecho al fin sereno.

 

Y así nació el mito. La poeta del agua. La mujer que no quiso rendirse ni siquiera ante la muerte, sino que decidió cómo despedirse.

 

Legado inmortal

 

Hoy, Alfonsina Storni es símbolo. De lucha, de arte, de dolor transformado. La recuerdan no solo como poeta, sino como una revolucionaria de lo íntimo. Sus versos siguen vigentes, dolientes, necesarios.

 

No fue una poeta para aplaudir en ceremonias. Fue una mujer que nos enseñó que escribir es una forma de salvarse. O al menos, de resistir.

 

Porque Alfonsina no se fue con el mar. Sigue aquí, en cada mujer que decide nombrarse, en cada verso que arde y no pide perdón.




 Principales publicaciones de Alfonsina Storni

 

Libros de poesía:

 

  • La inquietud del rosal (1916)
  • El dulce daño (1918)
  • Irremediablemente (1919)
  • Languidez (1920)
  • Ocre (1925)
  • Mundo de siete pozos (1934)
  • Mascarilla y trébol (1938)
  • Antología poética (póstuma)

 

Prosa y teatro:

 

  • Dos farsas pirotécnicas (1931)
  • Teatro infantil (1934)
  • Artículos y crónicas en revistas como La Nación, Caras y Caretas y Mundo Argentino
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