Fernando Pessoa: El hombre que fue muchos y ninguno

En una calle de Lisboa, donde las piedras adoquinadas conservan ecos de fados y pasos perdidos, un hombre solitario pasea con sombrero, gafas redondas y el cuerpo encorvado por el peso de algo invisible. No es la edad —murió joven, a los 47 años—, sino el peso de la multiplicidad. Fernando Pessoa fue muchos hombres, y sin embargo, no fue ninguno. Fue poeta sin rostro definido, genio que escribió en el silencio, un misterio con alma desdoblada.




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La biografía de un enigma

 

Fernando António Nogueira Pessoa nació el 13 de junio de 1888 en Lisboa. Su infancia estuvo marcada por el viaje: tras la muerte de su padre, su madre se casó con un diplomático, lo que llevó a Pessoa a pasar parte de su juventud en Durban, Sudáfrica. Allí aprendió inglés y descubrió la literatura inglesa —especialmente Shakespeare, Milton y Poe— que influiría profundamente en su estilo.

 

Regresó a Lisboa a los 17 años, y salvo algunos breves viajes, no volvería a salir de Portugal. Pero en su cabeza, los mapas eran infinitos. Pessoa no necesitaba moverse para viajar: el viaje era interior, metafísico, y lo hacía acompañado de decenas de voces distintas.

 

Los heterónimos: genios creados por un genio

 

Lo más fascinante de Pessoa no es solo lo que escribió, sino quiénes lo escribieron. No hablamos aquí de pseudónimos comunes, sino de heterónimos: entidades literarias con biografía, estilo, ideología y visión del mundo propias. Cada uno era una voz independiente, con sus obsesiones, influencias y contradicciones.

 

  • Alberto Caeiro: el maestro bucólico, autodidacta y panteísta. Su poesía es sencilla en forma, profunda en visión. Caeiro no piensa: siente. Observa la naturaleza y se niega a interpretarla. “Pensar es estar enfermo de los ojos”, escribió.

 

  • Ricardo Reis: discípulo de Caeiro, médico y classicista. Es estoico, defensor del equilibrio y del control. Su poesía se rinde ante la fugacidad del tiempo, pero sin dramatismo. Es el epicúreo moderado que sugiere: “Sabe gozar el instante breve”.

 

  • Álvaro de Campos: el más moderno, angustiado y exaltado. Ingeniero naval, cosmopolita y contradictorio. En su obra cabe el futurismo, la ironía, el dolor existencial. De él son los versos más desgarradores de la poesía moderna: “No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo”.

 

  • Bernardo Soares: quizá el más cercano al propio Pessoa, y el autor del Libro del desasosiego. Un ayudante de contable que camina por Lisboa mientras piensa en su tedio, en la rutina, en el sinsentido. Su voz es de las más contemporáneas, precursora de los escritores del vacío y del yo quebrado.

 

Pessoa creó más de 70 heterónimos, aunque solo cuatro o cinco fueron desarrollados con profundidad. Cada uno era una parte de sí, y al mismo tiempo, una negación del todo.

 

La obra dispersa que fundó una literatura

 

En vida, Pessoa publicó apenas un libro en portugués: Mensagem (1934), una obra nacionalista y simbólica que exalta el destino mítico de Portugal. Aunque ganó un premio oficial, no fue lo que lo definiría.

 

Su verdadero legado estaba guardado en un baúl. Literalmente. A su muerte, se encontraron más de 25.000 documentos entre manuscritos, cartas, fragmentos, proyectos de libros y traducciones. Un universo en papeles sueltos. Esos textos dispersos, muchos sin terminar, han sido publicados durante décadas y aún siguen apareciendo.

 

Pessoa es un autor inabarcable. No hay una obra completa cerrada. Leerlo es entrar en un laberinto donde cada pasillo lleva a otra voz, a otra emoción, a otra forma de pensar el mundo.

 

Un hombre fuera del tiempo

 

Pessoa vivió alejado de la fama. Trabajaba como traductor de correspondencia comercial, evitaba los círculos sociales, y pasaba horas escribiendo en cafés, especialmente en el Martinho da Arcada o el A Brasileira, donde hoy una estatua de bronce lo inmortaliza. Su vida fue interior: decía que “vivir es ser otro”, y él lo fue tantas veces que a veces no sabemos si alguna vez fue él mismo.

 

Fue incomprendido por su época, y solo tras su muerte empezó a ser reconocido. Hoy es considerado uno de los mayores poetas del siglo XX, no solo de Portugal, sino de la literatura universal. Su legado se ha traducido a más de 50 idiomas, y estudios sobre su obra se multiplican en universidades de todo el mundo.

 

Pessoa hoy: una modernidad perpetua

 

Lo asombroso de Pessoa es su vigencia. En un tiempo como el nuestro, donde la identidad se fragmenta en redes sociales, donde la multiplicidad es norma y el yo se redefine constantemente, su figura resulta profética. Pessoa no solo aceptó la fragmentación: la convirtió en arte. Su esquizofrenia creativa, en vez de ser patología, fue método. Su duda constante, su desasosiego vital, resuena hoy con una intensidad casi incómoda.

 

¿Quién no ha sentido ser más de una persona a lo largo del día? ¿Quién no ha querido escapar de sí mismo? ¿Quién no ha dialogado consigo mismo en más de una voz?

 

El genio invisible

 

 

Fernando Pessoa no quiso ser una celebridad. Quiso ser una multitud. Su obra, más que un conjunto de textos, es una invitación a cuestionarnos quiénes somos, cuántos somos dentro de nosotros mismos, y hasta qué punto esa pregunta tiene sentido.

 

Leer a Pessoa es enfrentarse a la belleza del abismo. Es contemplar el vacío con palabras llenas. Es mirar por la ventana, como Bernardo Soares, y encontrar en la banalidad de la calle una epifanía silenciosa.

 

Como él mismo escribió:
“Poner en palabras lo que uno no sabe sentir. Así empieza la poesía.”

 

Y en esa ignorancia iluminada, Pessoa nos sigue hablando. A ti. A mí. A todos sus lectores. O tal vez, a todas sus propias máscaras.




Poema corto 1 

 

 al estilo de Álvaro de Campos

 

Todo lo que no soy

 

No sé quién soy,
ni quién fui ayer al levantarme.
Tal vez fui un nombre en una carta
que nunca llegó.
Y mientras el tranvía pasa,
yo me pregunto si existo
o si tan solo pienso
que estoy pensando.

 

Poema corto 2 

 

al estilo de Bernardo Soares

 

El tedio y la calle

 

El día pasa como una sombra
sobre el mostrador donde escribo.
Fuera, la calle sigue siendo la misma,
y los hombres —también—.
No hay milagros,
solo una tristeza ordenada
que se sienta a mi lado
y toma café sin azúcar.




 Publicaciones de Fernando Pessoa

 

Publicadas en vida:

 

  1. Mensagem (1934) – Su única obra publicada en portugués en vida; poema épico-simbólico de carácter nacionalista.
  2. 35 Sonnets (1918) – Publicado en inglés en Lisboa; sonetos de estilo shakesperiano.
  3. Antinous: A Poem (1918) – También en inglés; poema inspirado en la historia de Antínoo, amante del emperador Adriano.
  4. English Poems I–II and III (1921) – Tres pequeños libros de poesía inglesa con temas metafísicos y amorosos.

 

Publicadas póstumamente (selección):

 

Estas fueron editadas a partir del célebre baúl con más de 25.000 documentos.

  1. Livro do Desassossego (El libro del desasosiego) – Obra fragmentaria atribuida a Bernardo Soares. Publicada en 1982 y constantemente revisada.
  2. Poesias de Álvaro de CamposAntología de poemas del heterónimo más exaltado, futurista y existencial.
  3. O Guardador de RebanhosColección de poemas bucólicos de Alberto Caeiro.
  4. Poemas de Ricardo ReisOdas y textos que reflejan el pensamiento clásico y epicúreo.
  5. Eu Sou Uma AntologiaAntología de textos breves y pensamientos heterónimos y ortónimos.
  6. A Educação do EstóicoDiarios atribuidos al heterónimo Barão de Teive.
  7. Obras Completas de Fernando PessoaVarias editoriales han publicado colecciones completas o por heterónimo, como Ática, Assírio & Alvim, Tinta-da-China, etc.
  8. Cartas de Amor de Fernando PessoaCorrespondencia con Ophélia Queiroz, su único amor conocido.
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