Gloria Fuertes: La poeta que rompió las reglas y conquistó corazones

Gloria, la niña que quería ser poeta

Imagina una niña de barrio humilde en Madrid, años 20, jugando entre las calles mientras sus versos infantiles comienzan a brotar sin permiso. Esa niña era Gloria Fuertes. No nació en una familia de escritores ni tuvo un camino fácil hacia la poesía, pero eso nunca la detuvo. Desde pequeña, llenaba papeles con versos y soñaba con un mundo en el que las palabras fueran su refugio y su bandera.

La Guerra Civil Española marcó su juventud, y aunque sufrió la pérdida y las dificultades económicas, nunca dejó de escribir. Su amor por las letras la llevó a estudiar de manera autodidacta, porque la educación formal no siempre estuvo a su alcance. Escribía en cualquier papel que encontraba y trabajó en múltiples oficios para poder subsistir, desde administrativa hasta bibliotecaria.




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Poesía para todos, sin etiquetas ni complejos

 

Gloria nunca encajó en los moldes tradicionales de la literatura. En una época en la que la poesía parecía reservada a los círculos intelectuales, ella decidió hacerla accesible, sencilla y directa. Sus versos eran libres, juguetones, sin miedo a la ironía ni a la ternura. Podía escribir un poema de amor y, en el siguiente, hablar de la guerra o de la injusticia con la misma fuerza.

 

Su estilo rompió barreras: sin rimas forzadas, con ritmo propio, y siempre con un toque de humor o de melancolía, según el día. Una poesía que cualquiera podía entender, pero que pocos podían imitar. Su obra no solo se dirigía a los niños, sino que también hablaba de la soledad, la desigualdad y la lucha por un mundo más justo.

 

Su primer reconocimiento llegó con el Premio de Poesía Acento en 1950, y a partir de ahí, empezó a ganar notoriedad. Sin embargo, su verdadero impacto lo logró cuando decidió hacer de la poesía una herramienta para todos, sin elitismos.

 

La tele la hizo famosa, pero su talento ya era inmortal

 

Si hay una imagen icónica de Gloria Fuertes es la de la poeta en la televisión, leyendo cuentos y poemas a los niños con su voz grave y su sonrisa franca. Para muchos, ella fue “la poeta de los niños” gracias a programas como Un globo, dos globos, tres globos en los años 70. Pero reducir su legado a la literatura infantil sería un error. Fuertes era mucho más que eso: su poesía adulta es desgarradora, feminista, antibelicista y profundamente comprometida con los derechos de los marginados.

 

A pesar de la popularidad que ganó en televisión, nunca dejó de escribir poesía para adultos. En sus versos encontramos reflexiones sobre el amor, la soledad, la guerra y la injusticia. Su poesía hablaba de la vida con una claridad desarmante, con un lenguaje cercano que hacía que cualquiera pudiera sentirse identificado.

 

Una poeta feminista en un mundo de hombres

 

No se calló nunca. En plena dictadura, cuando la mayoría de las escritoras apenas tenían visibilidad, ella hablaba abiertamente del amor entre mujeres, de la igualdad y del dolor de vivir en una sociedad que no aceptaba la diferencia. Su valentía la convirtió en un símbolo, aunque ella misma siempre prefirió la sencillez a la solemnidad.

 

Además, reivindicó el papel de la mujer en la literatura y en la vida pública cuando pocas se atrevían a hacerlo. En sus poemas encontramos una mirada honesta sobre la vida de las mujeres, sobre las dificultades de ser una escritora en un mundo dominado por hombres y sobre el derecho a ser diferente sin miedo a la crítica.

 

“Escribo para que me quieran”, confesó en una ocasión. Y vaya si la quisimos.

 

Su poesía sigue viva

 

Gloria Fuertes nos dejó en 1998, pero sus versos siguen conquistando generaciones. Su legado es un recordatorio de que la poesía no tiene que ser oscura ni incomprensible para ser grande. Que se puede hablar con humor y con profundidad a la vez. Que las palabras son de todos.

 

Hoy, sus libros se siguen reeditando, sus poemas circulan por redes sociales y su figura ha sido reivindicada como una de las grandes voces de la literatura española. Su obra ha sido objeto de estudios académicos y exposiciones, y en el centenario de su nacimiento en 2017, su figura fue celebrada con eventos, reediciones y homenajes en todo el país.

 

Porque al final, Gloria Fuertes logró lo que quería: escribir para ser querida. Y lo consiguió. Sus poemas siguen siendo leídos, recitados y recordados con el cariño que solo una poeta del pueblo podía inspirar.

 

Poemas

Nota biográfica


“Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre.

A los tres años ya sabía leer,
a los seis ya sabía mis labores;
yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.

A los nueve años me pilló un carro,
a los catorce me pilló la guerra;
a los quince se murió mi madre,
se fue cuando más falta me hacía.

Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.

 

Mujer de verso en pecho

 

“En mi verso soy libre,
me gusta serlo,
los barrotes del metro
los salto por encima de los versos.

Si hay hambre, lo digo,
y si hay amor, lo grito.

No se puede escribir con mordaza,
sería escribir con guantes.”

 

Lista de sus principales publicaciones

 

Poesía para adultos:

 

  • Isla ignorada (1950)
  • Aconsejo beber hilo (1954)
  • Todo asusta (1958)
  • Que estás en la tierra (1962)
  • Poeta de guardia (1968)
  • Cómo atar los bigotes del tigre (1969)
  • Historia de Gloria: Amor, humor y desamor (1980)
  • Mujer de verso en pecho (1995)

 

Poesía infantil:

 

  • Cangura para todo (1975)
  • Don Pato y Don Pito (1976)
  • La pájara pinta (1978)
  • El libro loco (1981)
  • Versos fritos (1992)
  • Colección de poemas y cuentos infantiles (varias ediciones)
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